Enero 2003

Placebo, en medicina, se denomina a la sustancia inerte, como el azúcar, que se emplea en lugar de un fármaco activo. Los placebos se pueden administrar a algunos pacientes con enfermedades incurables para inducir lo que se ha llamado efecto placebo: una mejoría, al menos temporal, del estado del paciente. Se sabe poco sobre su mecanismo de acción, pero se cree que la confianza del paciente en curarse puede estar relacionada con la liberación de sustancias químicas cerebrales denominadas endorfinas, opiáceos naturales producidos por el organismo. Sin embargo, el efecto puede ser negativo si el paciente alberga demasiadas esperanzas ya que dentro de la ilusión de mejoría se encuentra implícito un engaño. El tipo de respuestas a la administración de placebos no está asociada con un tipo particular de personalidad u otras características psicológicas.

El efecto placebo puede definirse como un cambio terapéutico en el estado del paciente que está causalmente conectado con el conocimiento (o la conciencia) personal que posee de encontrarse en una determinada situación clínica. Se trata, por tanto, de un procedimiento médico que no posee efecto fisicoquímico específico sobre la situación de dicho paciente.

-Matilde Ampuero

Reflexión:

El 15 de Enero, hora y día, del cambio de mando gran número de ecuatorianos y extranjeros residentes en el país estaremos atentos a la ceremonia presidencial, la cual vendrá acompañada del habitual discurso, tanto del presidente saliente como del entrante.

La mayoría de nosotros que hemos presenciado cambios de mandos, estaremos educadamente sentados escuchando las retóricas, momento de la dosificación. En nosotros estará un doble sentimiento: credibilidad motivado por la esperanza de mejores días, por un lado, e incredulidad por otro, siendo este último superado muy posiblemente por el primero, por el instinto natural de supervivencia; unos boquiabiertos, otros deslumbrados por los cambios ofrecidos, recibiremos nuestra dosis de esperanza, la cual tendrá un efecto emotivo en nuestra personalidad, repercutiéndose por algún tiempo en nuestras vidas cotidianas.

El presidente electo nos dosificará vía ofrecimientos, sustancias inertes de las que estuvieron compuestas sus discursos electorales, sustancias que incluyen la promesa de una sociedad civil con mayor capacidad de acceso a riquezas y servicios, sin embargo, nuestra historia nos conecta con el abuso de poder, con la mala legislación, con los valores vitales erróneos, con la decadencia y los gobiernos obsoletos.

Más allá de imponer una temática a esta exposición, dpm arte contemporáneo propone una muestra de reflexión: el efecto Placebo no es endémico de nuestra sociedad ni de la región latinoamericana, más bien forma parte de un sistema político-social que abarca a un gran número de naciones en las distintas latitudes del globo.

La muestra Placebo podría ser interpretada como una metáfora; Jean Baudrillard decía “…No se les puede poner un nombre a los instigadores de la conspiración, ni tampoco se puede identificar a las víctimas, ya que esta conspiración no tiene un autor y todo el mundo es la vez víctima y cómplice. Lo mismo ocurre con la teatralidad de la política: todos estamos a la vez estafados y coimplicados. Hay una especie de incredulidad, una ausencia de compromiso que significa que todo el mundo está jugando un doble juego en un infinito círculo vicioso…”.

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