24 Agosto 2011


Cuenta un mito del pueblo Cofán que el interior de la Tierra está habitado por los coan coan, unos seres que cuidan de cada habitante de la selva y que sustentan el poder espiritual del shamán.Cuando éste necesita orientación bebe el yahé o ayahuasca y entra en comunicación con ellos, quienes le aconsejarán sobre asuntos del mundo de los hombres o del mundo de los espíritus.

Cuentan también los Cofán que desde que llegaron las compañías petroleras casi todos los coan coan han muerto. Los taladros han perforado la tierra y la selva se ha ido cubriendo de la sangre negra que brota de sus cuerpos de roca.

Dicen que al morir los coan coan el poder del shamán se ha ido debilitando, que su pueblo se ha enfermado, y que la selva está cada día más silenciosa.

Cardoso ha realizado un conjunto de obras que, imitando la estructura de una suite musical, discurren cada una con distinto carácter y ritmo en torno a una idea, la de la pérdida de un mundo, el mundo mítico y subterráneo de los coan coan, y de las circunstancias culturales y ambientales que lo fundaron.

Los enrarecidos paisajes amazónicos que ha realizado el artista resultan simultáneamente atractivos y amenazantes. Irrealmente familiares, como un falso recuerdo.

Esta muestra ha surgido paralelamente a la investigación que Cardoso ha llevado a cabo durante el presente año para la ejecución de Lago Agrio – Sour Lake, proyecto que se enfoca sobre el controvertido Caso Texaco, cuya propuesta fue  galardonada por la Fundación Rockefeller con la prestigiosa Bellagio Creative Artist Fellowship. En los próximos meses Pablo Cardoso residirá en el Centro Bellagio (Italia) donde trabajará en esta nueva obra.

Prensa:
El Comercio, 24 Julio 2011

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